Miles de creyentes católicos formaron parte anoche de la procesión del Santo Entierro en las principales calles del Centro Histórico de San Salvador, que conmemora el traslado del cuerpo del Señor Jesús al sepulcro el Viernes Santo.

La peregrinación partió de la iglesia El Calvario, para realizar su previsto recorrido que incluye lugares emblemáticos del Centro Histórico, como la Catedral Metropolitana, iglesia El Rosario y Teatro Nacional.

Al caer la noche el clima, previsto caluroso por las autoridades, permitió a los feligreses hacer el recorrido sin incidentes. La calma y la seguridad también reinan en el Centro Histórico con la presencia de talento humano del Sistema Nacional de Protección Civil.

«Este día lo he sentido con un fervor, siento que estoy viendo a nuestro Jesús y me imagino su dolor, que no se compara con el sacrificio que realizó por nosotros. Hay que sentirlo como que uno lo ha vivido», dijo Teresa Díaz, una fiel católica que acompañó el recorrido.

Las Siete Palabras de Jesús o las siete frases que pronunció antes de morir en la cruz, según los evangelios, repuntaron a la vista de miles de espectadores nacionales e internacionales que se ubicaron en diferentes espacios remozados por el Gobierno del presidente Nayib Bukele.

En la memorable fila también destacan las figuras de San Gerónimo Emiliani, fundador de la orden Somasca, la Urna o féretro donde Jesús fue trasladado al sepulcro, la Virgen María y La Verónica, entre otras relevantes figuras del catolicismo mundial.

«Yo cargo por agradecimiento»

Esas fueron las primeras palabras de Alexander Arévalo, quien en agradecimiento a Dios e inculcado por sus padres, empezó a cargar la figura del Señor Jesucristo desde los 15 años en la tracional procesión.

«Yo cargo por agradecimiento, nuestro Señor Jesucristo realizó el más grande sacrificio de la historia por nosotros y lo que yo hago no se compara. La verdad lo seguiré haciendo hasta que Dios me lo permita», dijo el católico en una pequeña entrevista con «Diario El Salvador».

«Además, mis padres me inculcaron el servicio a Dios», continuó Arévalo, en la búsqueda de redención en la Gran Noche de la Semana Mayor, ahora con 38 años.

Cercano el reloj a las 9:00 de la noche del Viernes Santo, los fieles católicos aún marchaban con la convicción de acercarse más a su Señor Jesucristo.

Fuente: Diario El Salvador