Un reciente informe de la Comisión EAT-Lancet 2025 reveló que menos del 1% de la población mundial sigue una dieta saludable y sostenible. Según los hallazgos, transformar los sistemas alimentarios podría evitar hasta 15 millones de muertes prematuras al año y reducir en un 20% las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
El documento, elaborado por un equipo internacional de expertos en nutrición, clima, economía, medicina, ciencias sociales y agricultura de más de 35 países, subraya la necesidad de repensar cómo producimos y consumimos alimentos. La investigación fue publicada en The Lancet y difundida por Science Focus.
El informe identifica que la producción y consumo actuales de alimentos amenazan cinco sistemas esenciales para la vida en la Tierra: el clima, la tierra, el agua, la contaminación por nitrógeno y fósforo, y la contaminación de origen humano, como pesticidas y microplásticos.

Impacto desigual: quién consume y quién sufre
Según el informe, el 30% más rico de la población mundial es responsable de más del 70% del impacto ambiental vinculado a la alimentación. Mientras tanto, 6.900 millones de personas sobreconsumen alimentos, principalmente carne, lácteos, azúcar y ultraprocesados. Por otro lado, 3.700 millones enfrentan dificultades para acceder a una dieta saludable.
El documento también analiza la interferencia humana en los cultivos, especialmente mediante químicos y pesticidas, que afectan la sostenibilidad y la seguridad alimentaria a largo plazo.
La Dieta de Salud Planetaria: un modelo para revertir daños
La Comisión EAT-Lancet propone la Dieta de Salud Planetaria, que prioriza frutas, verduras, frutos secos, legumbres y cereales integrales, dejando un espacio limitado y opcional para carne, pescado y lácteos.
De acuerdo con Science Focus, las recomendaciones son claras:
- 50% del plato: vegetales, frutas y frutos secos.
- 30% del plato: cereales integrales.
- 20% restante: fuentes proteicas, con énfasis en legumbres como porotos y lentejas.
- Carne roja: máximo 200 gramos semanales.
El Dr. Fabrice DeClerck, director científico de EAT y coautor del informe, aseguró que si toda la población adoptara una dieta saludable, sería posible alimentar a 10.000 millones de personas en 2050 usando un 7% menos de tierra. “Nunca antes en la historia de la humanidad se habría logrado alimentar a más personas con menos recursos”, destacó.
Adaptación cultural y ejemplos de dietas tradicionales
DeClerck enfatizó la necesidad de adaptar la dieta a las culturas y tradiciones locales. Muchas dietas tradicionales ya representan modelos de alimentación saludable.
Los mejores ejemplos se encuentran en países de ingresos medios, especialmente en la región mediterránea, el subcontinente indio y el sudeste asiático, donde la transición hacia patrones alimentarios occidentales representa un riesgo para la salud y el medio ambiente.

Justicia alimentaria: acceso equitativo a la comida
El informe también aborda la dimensión de la justicia alimentaria. La desigualdad en el acceso a alimentos saludables es un desafío central. DeClerck advirtió:
Quienes sobreconsumen de manera poco saludable afectan el derecho de otros a vivir en un entorno seguro”.
La transformación de los sistemas alimentarios no solo protege la salud y el planeta, sino que también garantiza equidad y justicia social, según el informe.