El cambio climático descontrolado amenaza con convertirse en uno de los mayores riesgos económicos del futuro. Según un estudio publicado en Plos (Public Library of Science), para el año 2100 el PIB mundial per cápita podría caer hasta un 24 % si no se adoptan medidas efectivas para frenar el calentamiento global. Este impacto sería global, afectando tanto a países ricos como a naciones en desarrollo, con consecuencias directas sobre industrias, empleos y calidad de vida.
Impacto desigual en economías cálidas y vulnerables
Los investigadores del laboratorio climaTRACES de la Universidad de Cambridge revelan que los países más cálidos y con menores ingresos serían los más afectados. Estos territorios sufrirían pérdidas entre un 30 % y un 60 % superiores a la media mundial, lo que intensificaría las brechas de desigualdad económica.
Hasta hace una década, gran parte de los economistas consideraban que el cambio climático sería un problema limitado a las naciones del sur global. Sin embargo, el análisis de Kamiar Mohaddes y Mehdi Raissi demuestra que esta crisis afectará a todos los países, independientemente de su ubicación geográfica o nivel de desarrollo.
Además, los efectos económicos no se restringen únicamente a la agricultura. El cambio climático amenaza también sectores clave como el transporte, la manufactura y el comercio minorista, pilares fundamentales del crecimiento global.
Escenarios futuros: pérdidas y oportunidades
El estudio comparó distintos escenarios basados en proyecciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). Estas incluyen distintos ritmos de aumento de temperaturas, grados de variabilidad climática y esfuerzos de mitigación.
- En un escenario con un aumento persistente de 0.04 grados por año, el PIB mundial per cápita podría caer entre un 10 % y un 11 % hacia 2100.
- En el caso más extremo, con emisiones sin control, las pérdidas alcanzarían hasta el 24 %.
- En contraste, cumplir los objetivos del Acuerdo de París permitiría un beneficio global del 0.25 % frente a la tendencia histórica del calentamiento.
Este contraste evidencia que la acción climática no solo es una cuestión ambiental, sino también una estrategia económica que puede marcar la diferencia entre una crisis profunda y una oportunidad de crecimiento sostenible.
La urgencia de actuar frente al cambio climático
Los autores advierten que ningún país es inmune. Si no se reducen drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, el impacto será inevitable y cada vez más severo. La pérdida de ingresos proyectada para final de siglo afectará tanto a las naciones industrializadas como a las emergentes.
La investigación analizó el comportamiento económico de 174 países entre 2015 y 2100, teniendo en cuenta los niveles de calentamiento y sus efectos acumulativos. Los hallazgos muestran que la inacción podría comprometer gravemente el bienestar de futuras generaciones.
Más allá de las cifras, los investigadores destacan que el cambio climático ya está vinculado a la reducción de la productividad económica. Sin embargo, las diferencias en los modelos climáticos han dificultado hasta ahora establecer un consenso sobre la magnitud exacta del problema. Este nuevo estudio aporta una visión más integral, al relacionar directamente el aumento de temperaturas con el desempeño económico global.