El histórico apagón que afectó este lunes durante muchas horas a varios países de Europa convirtió a la radio en el medio de comunicación indispensable para informarse sobre lo que sucedía.

Ha sido apagarse la luz y encenderse todos los transistores. Allá donde una ciudadana o un ciudadano podían conectar la radio del modo que fuera, se producía una imagen de otro tiempo: gente acercándose a escuchar lo que se contaba en las ondas.

En España, los ciudadanos se volcaron masivamente a escuchar las noticias en sus aparatos portátiles ante el colapso de internet y las nuevas tecnologías.

De acuerdo a lo informado por el periodista de Cadena 3 en ese país, Chema Forte, la gente se reunió en las calles en torno de las radios.

La televisión se convirtió poco después del mediodía en una especie de radio con imagen fija. En el Canal 24 horas, el presentador Lluís Gilera hacía radio televisada, porque es el formato radio el que se impone en estos casos. Ir contando a quien ve o escucha toda la información de la que se va disponiendo, sin imágenes de apoyo, como les tocaba hacer a Jesús Álvarez o Eduardo Sancho, los pioneros de la primera televisión a finales de los años 50 en España.

El corte de suministro eléctrico, cuyas causas aún se desconocen, también afectó a Andorra, Francia y Portugal.

Con el apagón, la radio ha demostrado que sigue siendo uno de los medios de información más buscados en momentos de crisis y que su efecto es opuesto al que provocó Orson Welles en su día: evitar realidades paralelas y mantener a las personas en contacto con la realidad del resto de personas.