Muere Val Kilmer, protagonista de Batman Forever y Top Gun a los 65 años

Val Kilmer, actor originario de Hollywood que alcanzó el estrellato como Jim Morrison y Batman, pero cuyas dotes polifacéticas y personalidad escurridiza lo convirtieron también en un actor secundario de alto nivel, murió el martes en Los Ángeles. Tenía 65 años.
La causa fue una neumonía, dijo su hija, Mercedes Kilmer. Kilmer fue diagnosticado de cáncer de garganta en 2014 y posteriormente se recuperó, dijo.
Alto y guapo como lo son las estrellas del rock, Kilmer interpretó el papel de rockero en varias ocasiones al principio de su carrera, cuando parecía destinado a actuar en éxitos de taquilla. Debutó en el largometraje en una parodia de película de espías sobre la Guerra Fría, Super secreto (1984), en la que interpretó a un cantante estadounidense que hacía las delicias del público y movía las caderas en Berlín, implicado sin saberlo en un complot de Alemania Oriental para reunificar el país.
Realizó una interpretación vívidamente estilizada de Morrison, el emblema de la sensualidad psicodélica, en The Doors (1991), de Oliver Stone, e interpretó el papel de Mentor —un Elvis que da consejos, tal como lo imaginaba el antiheroico protagonista de la película, interpretado por Christian Slater— en La fuga (1993), una violenta travesura de intrigas y enredos con drogas escrita por Quentin Tarantino y dirigida por Tony Scott.
Kilmer fue el protagonista (por delante de Sam Shepard) de Corazón de trueno (1992), en la que interpreta a un agente del FBI inexperto que investiga un asesinato en una reserva indígena de Dakota del Sur, y de El Santo (1997), un thriller sobre un ladrón elegante e ingenioso que juega al gato y al ratón con la mafia rusa. Quizá lo más famoso sea que, entre Michael Keaton y George Clooney, fue quien encarnó el papel principal (y vistió el traje de murciélago) en Batman Forever (1995), luchando en Ciudad Gótica con Dos Caras (Tommy Lee Jones) y el Acertijo (Jim Carrey), aunque ni Kilmer ni la película fueron considerados representantes estelares de la franquicia de Batman.
“El público serio estará menos interesado que nunca en lo que hay bajo la capa o la capucha de Batman”, escribió Janet Maslin en The New York Times. “No hay mucho que contemplar aquí más allá del espectáculo de una utilería efectista y la cursilería de buenos actores (todos los cuales han hecho mejores trabajos en otros lugares últimamente) vestidos para un Halloween al rojo vivo”.
Pero para entonces se había desarrollado otra vertiente, quizá más interesante, de la carrera de Kilmer. En 1986, Scott le dio un papel en su primera película de gran presupuesto, Top Gun (1986), drama de aventuras cargado de testosterona sobre pilotos de caza de la Marina en entrenamiento, en el que Kilmer interpretaba al rival genial y arrogante de la estrella de la película, Tom Cruise.
Fue un papel que sentó precedente para otras apariciones destacadas de Kilmer como coprotagonista o miembro de un conjunto estelar. Volvió a interpretarlo en un breve cameo en la secuela de la película de 2022, Top Gun: Maverick.
Val Edward Kilmer nació en Los Ángeles el 31 de diciembre de 1959 y creció en el barrio de Chatsworth, en el extremo noroeste de la ciudad, donde sus vecinos eran Roy Rogers y Dale Evans y sus compañeros de secundaria Kevin Spacey y Mare Winningham. Su padre, Eugene, promotor inmobiliario, y su madre, Gladys Ekstadt, se divorciaron cuando Val tenía 9 años. Un hermano menor, Wesley, se ahogó en una piscina en 1977, un suceso que atormentó a Kilmer durante años.
El matrimonio de Kilmer con la actriz Joanne Whalley, a la que conoció en el rodaje de la película de fantasía infantil de Ron Howard Willow (1988), acabó en divorcio. Le sobreviven sus hijos Mercedes y Jack. Kilmer vivió muchos años en un rancho cerca de Santa Fe y en una ocasión pensó en presentarse a gobernador de Nuevo México.
En una entrevista concedida a The Hollywood Reporter en 2012, Kilmer habló de su ausencia del Hollywood convencional durante una década o más y reconoció que su trayectoria profesional había sido inusual. Tenía otros intereses, dijo; quería pasar tiempo con sus hijos.
“No me arrepiento de nada”, dijo, y añadió: “Es un adagio, pero en cierto modo es cierto: una vez que eres una estrella, siempre eres una estrella; solo hay que ver a qué nivel”.
Fuente: Los Angeles Time
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