Los abogados de un grupo de más de 200 migrantes venezolanos, detenidos en el CECOT que fueron enviados al país por el Gobierno de Donald Trump, acusados de pertenecer a la banda criminal transnacional Tren de Aragua, presentaron este lunes 30 recursos de habeas corpus ante la Corte Suprema de Justicia (CSJ) en los que solicitan su liberación y repatriación.

Los abogados salvadoreños Jaime Ortega y Salvador Ríos presentaron los habeas corpus ante la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia para 30 personas, pero, según explicaron a los periodistas, es extensivo a todos los afectados.

Ortega declaró que representan legalmente a 30 migrantes que se encuentran detenidos en el Centro de Confinamiento del TERRORISMO (CECOT), megacárcel en la que guardan prisión líderes de pandillas, y que también los contactó el Gobierno de Venezuela.

De acuerdo con Ortega, existe una “vacío legal” en la situación de estas personas, dado que no las han condenado ni acusado por ningún delito en territorio salvadoreño.

“Lamentablemente tenemos un vacío o limbo legal, porque no hay convenios internacionales para recibir a las personas. Consideramos que es menester que se legisle sobre ese punto, para establecer un convenio internacional para que una persona juzgada y condenada pueda venir a cumplir una pena (a El Salvador)”, respondió a preguntas de EFE.

Explicó que sus representados no poseen antecedentes penales en El Salvador ni en Venezuela, y que en Estados Unidos se encontraban en procesos migratorios, incluso con asilos ya otorgados.

“Son personas que han migrado de su país, Venezuela, no tenían ningún antecedente criminal” y “no tenemos ningún ápice de prueba que determine que estas personas pertenezcan a esa agrupación criminal (Tren de Aragua)”, apuntó.

El abogado añadió que en los recursos están pidiendo que “ante el vacío legal, por no haber causa dictada por un juez, se pongan inmediatamente en libertad”.

Entre tanto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó el pasado viernes que a los migrantes venezolanos que llegaron a El Salvador los sometieron a un proceso «muy riguroso» para verificar que formaban parte del Tren de Aragua.